Ahhh!!!, la radio de aquellos días...

De familia pobre, de niño sólo podía soñar con tener una televisión en nuestra casa. Sin embargo, lo que sí teníamos, gracias a mi tío "Lupe" que trabajaba en los Estados Unidos, era un aparato de radio que él le había regalado a mi abuelita.

Era un receptor como los de los años 50's; de bulbos, grandote y con un montón de botones. Con una enorme carátula llena de números porque era multibanda. Cuando se encendía se iluminaba su carátula y se veía muy bonito. Pero nunca, en mi infancia, hubo una televisión en mi casa. Y qué bueno, porque gracias a eso, con la radio aprendí a usar la imaginación para "ver" todo lo que sucedía en los programas que se transmitían en aquella época, sobre todo de noche, que era cuando mejor se escuchaba.

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Recuerdos.





De mi infancia recuerdo programas de la XEW como "El Cochinito", que era un
programa de concursos con premios en efectivo o en bonos del ahorro nacional;  "Apague la luz y escuche", con Arturo de Córdoba; "En el umbral del misterio", con Carlos López Moctezuma; Un programa de los "Institutos Patrulla" donde se empezaba a hablar de cursos de capacitación para operar computadoras IBM. ¿Computadoras? ¿Qué será eso? preguntábame yo...

Había también un programa que no recuerdo como se llamaba, pero que hablaba de los avances en la investigación espacial, y nos contaba del lanzamiento al espacio de las naves "Mariner" que iban en busca del planeta Marte y más allá en el sistema solar.

No podían faltar los radioteatros y las radionovelas como: "Radio teatro del aire", "Chucho el roto", "Felipe Reyes", "Pobre Panchita", "La vida de Javier Solís" y otras tantas que hacían las delicias de mañana tarde y noche en la "W".

Recuerdo otras radionovelas que se transmitían por RCN, (Radio Cadena Nacional) como: "Juan Gallardo", "La Máscara Roja", "Arandú, El principe de la Selva", "Porfirio Cadena, El ojo de vidrio" y, por su puesto, "Kaliman, El hombre Increíble".

Cuantos lugares, culturas y costumbres conocí al lado de Kaliman y su inseparable y pequeño amigo, Solín.

Con ellos conocí desde los barrios más sórdidos hasta los palacios más bellos de Estambúl. Estubimos en El Tíbet y conocí de la cultura de los tibetanos. De aquellos monjes entregados a la meditación que poseen secretos milenarios sobre la vida y el cosmos, y que son trasnmitidos de una generación a otra. 

Escalamos montañas de altas cumbres nevadas para llegar al monasterio donde recibiría Kaliman el don de "El tercer ojo", que no es otra cosa que recibir todos los conocimientos legados de culturas milenarias de orígen extraterrestre, y atesorados en los libros y las mentes de quellos monjes.

Con Kaliman y Solín conocí los lúgubres y solitarios parajes, de algún lugar que ya no recuerdo la ubicación exácta, donde se encontraba el castillo del temido Barón de Tífano; un hombre lobo que tenía asolada a toda la comarca y nos hizo pasar noches de terror temiendo que, de un momento a otro, el Barón se conviertiera en un lobo humano y acabara con nosotros.

De no ser por Kaliman, no hubiera yo conocido el Lago Titicaca, o las ruinas de Machu Pichu, o las exóticas tierras de oriente, ni las altas cumbres del Himalaya.

No hubiera estado en el Kilimanjaro en busca de "La Bruja Blanca", jamás habría viajado al "más allá del más allá" (échense ese trompo a la uña), y no creería que existen muertos vivientes, si no los hubiera conocido con Kaliman.

En fin... cuantas cosas puede un niño, (o un adulto), recrear en su mente, sobre todo si somos de "desbordada imaginación", y ésta es bien estimulada por una buena dramatización, aunado ésto a la natural inocencia propia de nuestra niñéz y su época, cuando no estabamos tan "maleados", pues... ahí tienen ustedes... una infancia feliz y un tiempo para añorar.

La novela de "Chucho El Roto", también me dejó varias enseñanzas... Para empezar, lo que más me fascinaba era su música. Con esa música sentía que me transportaba al Mexico de Chucho el roto. Que no sabía como había sido, pero que yo podía sentir como algo lejano, no en la distancia, sino en el tiempo.

En esta novela reí a carcajadas con las ocurrencias de "El Rorro" y "La Changa" y los berrinches del flemático Don Diego del Frizac. Lloré cuando se murió la mamá de Chucho el roto. Y cuando no lo dejaron hacer su vida con su hija Lolita y su esposa Matilde, sentí la desesperación que sentía él a no poder estar con su familia.


Fue o es una mega-radio-novela, con más de 3,000 capítulos y que duró al aire más de 20 años. Nunca supe en que terminó. Debe haber terminado con la muerte de Chucho, pero yo ya no escuché el final pero, bueno... basta de bla, bla, bla y aquí les dejo algunos audios de aquellos tiempos para quienes los recuerden o no los hayan escuchado antes.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

hola!!! sabes donde puedo escuchar mas radionovelas d aquellos años?? mi mama me platica mucho d ellas...

BCM dijo...

La verdad ahora no sé dónde puedas escuchar radionovelas, pero voy a investigar y te dejo algún enlace.

Saludos.

Anónimo dijo...

Que tal amigos is quieren escuchar radio novelas pueden entrar a mi radio online http://jose2010.listen2myradio.com/
estan Kaliman y El ojo de vidrio saludos!!

Anónimo dijo...

Soy costarricense y recuerdo que mi papá y mamá escuchaban Chucho el Roto, Aquí está Felipe Reyes, Arandú,el Príncipe de la Selva.Kalimán se transmitía en una emisora colombiana llamada Caracol, yo me esforzaaba por oirla ya que la emisora a veces no se podía sintonizar.Mi padre la escuchaba en la madrugada.Y es cierto, con las novelas de ese tipo uno se imaginaba todo, había una fantástica descripción de los lugares, los sonidos, nosotros creabamos los rostros de los personajes , su ropa...

Anónimo dijo...

Puedes acudir a la fonoteca nacional, por los rumbos de los viveros de Coyoacàn. Tienen un catàlogo en donde puedes escuchar todo tipo de audios. Saludos

Anónimo dijo...

Saben si existe un sitio web donde pudiera escuchar cuando menos la entrada de la radionovela de Felipe Reyes

Unknown dijo...

Recordar es vivir